3 semanas

Por fín después de 3 semanas siento que estoy volviendo al mundo de los vivos, las semanas pasadas estuve un poco en el limbo entre adolorida y con mucha bruma mental… sigo adolorida, pero ya no tanto como en días pasados.

Había pensado en venir a contar como vivía el dolor en esas semanas, como estaba tratando de sortear la bruma mental y hacer bien mi trabajo además de entregar tareas con el mínimo indispensable de calidad para no atrasarme demasiado. Y pues si, siento que voy atrasada, pero también es cierto que me exijo demasiado (o eso dice el humano con el que vivo).

Por otro lado, tampoco vine a contar detalles de esas cosas porque

  1. Hubiera divagado sabrosísimo, ustedes no tienen idea de como se puede poner un cerebro cuando trae bruma mental, ahora en casa los apagadores de los focos se llaman “antiluz” gracias a un episodio de esos.
  2. No quiero verme quejica, de ahí que siempre que alguien me pregunta que cómo estoy respondo que “bien”, me cuesta mucho trabajo quejarme, por un lado, no quiero preocupar al otro humano con el que vivo, por otro lado no quiero agobiar a los demás.
  3. No tengo ganas de enfrentarme a los: nada más lo haces para llamar la atención, estás exagerando, todos nos sentimos cansados de vez en cuando, todo te lo estás inventando, échale ganas, etc. Muchas de estas frases vienen con buena onda, otras vienen del desconocimiento (y a veces del desinterés de aprender), pero sigue pesando que se minimice lo que siento.

Y pues sí, podrían decir: ¿Y qué te importa? es tu página y tu escribes lo que quieres. Y si, tienen razón, pero no quiero enfrentarme a eso… (de ahí que me esté haciendo güey para ir con el doctor otra vez).

Y bueno, pos de eso se trata este asunto, porfitas si tengo pendientes con usté querido lector (cualquiera de ustedes tres), avíseme, seguro se me barrió en la bruma mental.

Actualización 12:04 am
Nel, hablé demasiado pronto, me duelen un montón las manos… aparentemente el cerebro funciona bonito U_U

¡Libro nuevo!

La historia comienza con una charla informal con mi maestra de vida y de creación literaria -Voy a dar un diplomado de creación literaria e historia de la literatura, -Me dijo muy seria- vas a ir y quiero que me ayudes con una ponencia sobre el libro electrónico.

Y así lo hicimos, y nos aventamos (yo y @chocobuda) en una aventura de cada sábado durante 10 meses, lloviera, tronara o relampagueara, la cita estaba ahí; aprendí un montón, me quedo con una lista interminable de autores y de libros por leer, me quedo con nuevas amistades y un mundo por descubrir. Pero una de las cosas más valiosas con las que me quedo es con el hecho de haber vuelto a hacer del escribir poesía, un hábito.

Le digo a mi maestra que el renglón corrido me da miedo… algún día lo atacaré de frente, de momento la poesía me ayuda a traducir el mundo,  a dejar semillas esperando que germinen en otros mundos, otras mentes.

Y así nació, después de un año de mucho, mucho trabajo, mi primer poemario, está chiquito y bello, como todo  bebé recién nacido.

@Chocobuda también me acompañó en esta odisea, y él publicó su libro Secretos sin tiempo, un libro que combina haiku, tanka y cuento, absolutamente recomendable.

Y ahora estamos en la odisea de vender nuestras obras, sé que no es fácil y por eso recurro a ustedes los que se acercan de vez en vez a leer este blog tan transformado y tan caótico y tan recientemente retomado después del abandono involuntario. Lo cierto es que necesitamos recuperar /pagar el gasto del impresor.

@Chocobuda está organizando todo el asunto así que los mando para allá, leanlo, compren nuestros libros, rolenlos, prestenlos a sus cuátes, regalenselo a un desconocido, ¡Qué fluya!

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