Vecinos

Ayer salí a caminar por aquí por mi casa, un poco para que me diera el sol porque estoy haciendo un experimento personal y otro poco porque se nos ha hecho hábito salir la mañana de año nuevo a caminar y ver las calles solas.

En el camino conocí a dos personas, vecinas mias que viven a unas calles de donde yo vivo.

La primera fue a causa de un gato ¿Qué más podría ser? Había un gatito en un jardín y empecé a hablarle, salió la señora y me dijo que le estaba buscando casa, que ya le habían ido a dejar gatos otras veces y que no entendía como es que la gente pudiera hacer ese tipo de cosas, estuvimos platicando y resulta que es una Crazy Cat Lady en toda regla, por supuesto tuvimos mucho de que platicar, pero entre todo lo que dijimos, esta señora hizo un comentario que hizo eco en mi: ‘Tratamos a los animalitos peor que basura, a la basura la recogemos, a los animalitos los dejamos tirados como si no importaran’ me dió tristeza, aunque por otro lado me dió gusto ver el amor que le tiene a sus gatos a pesar de su corazón agridulce.

La otra señora venía llegando de misa, íbamos pasando frente a su casa y la detuve para preguntarle por un árbol que tiene afuera (¿Qué otra cosa podría haber sido?), nos quedamos platicando, le dije que hiciera negocio con su arbolito, me dijo que no, que dios se lo había dado por algo, que era de la gente y para la gente, incluso, había plantado otro para que hubiera más de donde agarrar, resulta que este árbol tiene algo de antibiótico y medicinal (la hojita sabe a infiernos) y muchos van a cortar de ahí. Le pedí semillitas cuando diera, me dijo que si, que en primavera brotaba… tengo que ir a visitarla seguido ñ_ñ

Vivo rodeada de bendiciones, de gente linda y a veces por costumbre o notoriedad, me fijo sólo en los nefastos… ¿será que la bondad es más silenciosa? ¿menos aparatosa que la violencia o el nihilismo?…

La vida y las rutinas

La vida está hecha de rutinas, nos gustan, nos hacen sentir cómodos, los hombres somos así, seres de rutinas, por ejemplo una rutina que tengo es, en las noches antes de dormir, empiezo a apagar aparatos eléctricos, luego pongo comida y agua nueva a los gatos, reviso que la tortuga esté bien, acomodo los sillones, guardo lo que esté fuera de lugar, como una cucharadita de miel, cepillo mis dientes, tomo un cuartito de vaso de agua y a dormir. Es mi rutina y me encanta, me pone en mood soñoliento.

Otra rutina que me hace muy feliz es que después de comer, por lo general duermo una pequeña siesta, así que termino de comer, recojo la mesa, limpio cocina, cepillo mis dientes y a la cama, mi gata sabe lo que pasa, porque esa rutina le ha enseñado que, después de todo esto voy a dormir y ella va y se acurruca junto a mi, ese momento me encanta, es de las dos y nos cuidamos, después al despertar la tapo con el edredón y la abrazo a través de él, le hago cariñitos y ella empieza a ronronear, y yo amo ese instante, amo que le guste eso, me gusta pensar que ella disfruta y espera esos momentos.

Mis plantas son seres de rutinas también y cada año, por estas fechas empiezan su periodo de hibernación, entran en descanso y dejan de trabajar tanto, a mi también me empiezan a entrar ganas de descansar y dormir un poco más…

Me gustan mis rutinas

Ultimas veces

Mi suegra fue a su ciudad natal hace unos meses, iba con sentimientos encontrados, porque dice que está vieja (lleva cuarenta años diciéndolo) y va a ser la última vez que vea su pueblo.

Supe de alguien que está haciendo su tour de despedida, esta persona anda en los ochentaytantos y viajó al centro del país, donde vivió muchos años y está visitando a todos sus cuates de allá y básicamente se está despidiendo.

Lo cierto es que no sabemos cuales son nuestras últimas veces, no tenemos ni idea, hay muchas cosas que no vamos a volver a hacer y no precisamente porque vayamos a morir, sólo que fue nuestra última vez y entonces pienso en mis últimas veces que no sé si sean ultimas veces, pero de momento lo parecen, el último pastel que me comí… en ese momento no sabía que era el último ¿lo habría disfrutado más de haberlo sabido? ¿habría cambiado en algo mi percepción? ¿habría puesto mas atención a las texturas, a los sabores? quizás si.

Y entonces, si no sabemos cuales son las ultimas veces que vamos a vivir en este planeta ¿por qué no ponemos toda nuestra atención a todas las situaciones que vamos enfrentando? Quizá la próxima vez que vea a mis amigos tendrán toda mi atención y los abrazaré como si fuera la última vez que los vea, porque ¿la verdad? no sé si los voy a volver a tener tan cerca.

No es cuestión de ser trágicos y lo reitero, es sólo que hay tantas variables en el mundo que todo puede salir mal, puedo pelearme con mis amigos, se pueden mudar al otro lado del mundo, puedo mudarme al otro lado del mundo, la cantidad de variables es infinita, así que el hecho de reunirnos es una maravilla ¿No crees?

Nadie queremos pagar…

Hace meses que tomo un curso de herbolaria, hemos aprendido a hacer un montón de cosas y me está sirviendo mucho para resolver varios problemas de salud, lo cierto es que yo tenía una imagen muy, muy distinta de ese mundo y está siendo super interesante, por un lado para quitarme telarañas mentales y por otro lado, para encontrar la salud de una mejor forma.

Pero no vine a contar eso, no esta vez (después subo fotos y cosas de lo que he estado haciendo, yujuuu!)

Caso 1. Resulta que platicando con mi maestra me comentaba que alguien le había dicho que le parecía que estaba volviendo una mercancía el conocimiento de herbolaria que ella tenía, que no le parecía justo y que iba a dejar de ir, ella no me lo comentó quejándose, sino más bien para ver qué pensaba yo, para saber si pensaba lo mismo o no.

Caso 2. El otro día me buscó un cliente de hace muchos años, uno de mis primeros clientes como freelancer, trabajamos juntos una temporada (poco más de un año) y me preguntó que si estaba disponible para trabajar de nuevo, yo encantada, trabajé muy agusto con él y claro que podía volver a su proyecto; después de 6 años de no trabajar juntos, pues hice lo que siempre hago: armé una cotización y se la envié, le dije que muchas gracias por acordarse de mi y que había trabajado muy agusto con él, pura cosa cierta; días después veo correo suyo y lo abrí y -palabras más, palabras menos- me preguntaba que ¿por qué el aumento de precio? que si era el mismo trabajo no veía el caso a un aumento de precio, que así no podía trabajar, que muchas gracias pero que no. Yo solo le respondí: porque han pasado 6 años y a mi me ha subido el costo de todos mis insumos, mis proveedores habían subido costos y que pues… me gustaba comer de vez en vez.

Estos dos casos sucedieron el mismo día y me dejaron con una sensación rara ¿Por qué está mal cobrar por lo que sabes? ¿Por qué juzgan? Tanto mi maestra como yo hemos estudiado mucho, mucho para saber lo que sabemos, hemos pasado horas leyendo, practicando, trabajando, etc. para llegar a este punto ¿por qué está mal querer cobrar por nuestro saber? Date cuenta que te estamos entregando el cúmulo de nuestra experiencia ¿Por qué?

Seguro mi cliente no le regatea a su agente de viajes, seguro este chico no le regatea al proveedor de telefonía celular. Mi trabajo le iba a traer más dinero a mi cliente. El trabajo de mi maestra le iba a traer -quizá- trabajo a este chico.

¿Por qué no valoramos la experiencia ajena?

Y pasa en todas las profesiones, he visto abogados, dentistas, médicos, veterinarios, etc. quejándose de lo mismo. ¿Por qué nos cuesta tanto pagar por un servicio? ¿Por qué odiamos que alguien saque ventaja de su experiencia y la ponga a nuestro servicio a cambio de un precio?

¿Así funciona el capitalismo, no?

Lo peor es que muchas veces, el que se queja, es el más pro-capitalismo.

Uff… no sé.

Diálogos en casa

– limpia esos zapatos, están horribles
– ¡No! soy grunge
– ¡El grunge está muerto! Se murieron todos por infecciones
– ¡Mentira! Ahí está Pearl Jam
– ¿Te acuerdas de Kurt Cobain? ¡Murió de infección!
– ¡No es cierto, se dió un tiro en la cabeza!
– ¡Porque nada le quitaba la diarrea!

mujeres misóginas

Me dice mi marido: las mujeres son sus peores enemigas, se odian entre ustedes.

Y yo mucho tiempo lo negué, aunque ultimamente me ha dado por pensar que es cierto y me parece muy triste, porque gastamos demasiadas energías odiando a la otra, nomás da una búsqueda por tuiter y vé los comentarios que se generan sobre la esposa del presidente, no hablan de su poca capacidad intelectual (no todos), no, hablamos de como se viste, de que parece una chica de esquina, de que la peinan espantoso.

¿Y sobre la ex primera dama que se acaba de destapar como candidata para la presidencia? no hablamos tampoco de su capacidad intelectual, sino de que es una fodonga, que no se maquilla, que…

¿Entonces? ¿Quién nos da gusto? ¿Qué queremos?

Ahorita acabo de ver una nota de una niña que fue atacada sexualmente por otros niños de su escuela…

La maestra tuvo la ocurrencia de comentar que la niña de 7 años tuvo “algo de culpa debido a que es la más bonita del salón, además luego anda coqueteando a los demás niños.”

¿Qué cuernos pasa? ¿Qué cuernos tiene en la cabeza esta mujer? Según ella se lo merece porque es bonita, en serio que no comprendo como funciona ese tren de pensamiento. ¿Por qué culpar a las mujeres victimas de ataque sexual? y no es algo aislado, pasa todo el tiempo, lo he visto incluso en paises del primer mundo.

A mi forma de pensar, somos los mismos changos de toda la vida, esto de que somos civilizados es una mera ilusión…

El juego de las asunciones

Hay un juego que detesto con fervor… y es un juego que todos jugamos de alguna u otra forma, es este juego el que nos llevó a la primera guerra mundial.

Es el juego de las asunciones.

Y últimamente me ha pegado mucho, porque resulta que, en el país con más gordos a nivel mundial yo soy delgada y lo peor, ni siquiera estoy tan delgada, no podría ser modelo, ni siquiera de tallas extras; bueno, el asunto es que cuando ando en la calle, recibo continuamente esas miraditas que nos echamos las mujeres, llenas de noseque pero sé que no es bueno.

Y no es que las miradas me afecten o me hagan sentir mal, pero si me dejan pensando en como nos quedamos con la ‘forma’ y en base a eso empezamos a asumir un montón de cosas.

¿A caso saben estas personas por qué soy delgada? ¿Saben de mi montón de intolerancias alimenticias? ¿Saben que no puedo salir a un restaurante a comer sin el terror de enfermarme al día siguiente? De hecho no me he parado a comer en un restaurante en aaaaaaaaños, ¿saben el trabajo que cuesta saber que si te comes una naranja de más (solo puedo comer dos al día) voy a andar con inflamación intestinal? No, y lo peor es que no les importa.

Y no quiero que les importe, pero tampoco me gusta que asuman cosas.

He leído en facebook montón de comentarios de gente desdeñando a otras por ‘flacas’ cuando ni siquiera les importa y ASUMEN que están delgadas por vanidad.

He leído de chicas que son talla triple cero porque no tienen buena absorción intestinal y sus amigos las critican por ‘anoréxicas’ y cuando estas chicas les dicen que no pueden comer tal o cual cosa, las critican más.

He recibido ‘esas’ mismas miradas y comentarios cuando digo que no como pan, casi nunca entro en detalles, porque a nadie le importan, pero… ¿por qué asume la gente que ‘me mantengo delgada por vanidad’?

Sospiro… en fín.

Echando a andar raices

Hay muchos tipos de raices, las aereas, las que nos permiten asentarnos, las que nos echan a volar, y en eso he estado, al pendiente de todas ellas.

Tengo unas plantas que estoy reproduciendo, y reviso que produzcan raices para poderles dar un pedazo de tierra, tengo algunas semillas germinando, en la espera de que hagan crecer sus cimientos para que crezcan grandes, para que den vida y me den sus frutos, esta es una relación ganar-ganar, yo disfruto cuidandolas y viéndolas crecer, ellas hacen lo que les toca de acuerdo a lo que yo haya logrado comprenderlas…

Además dió la casualidad de que estoy cuidando unas plantas con raices aereas… son del viento, son un poco como los seres humanos, necesitamos raices, necesitamos entender quienes somos y de donde venimos para poder crecer y volar.

Y yo tengo un relajo con mis raices, no, no con la familia, esa está bien y es amada, hace mucho que limé asperezas con esas raices, me refiero a mi carrera profesional, la amo, pero… ¿hasta donde es bueno asentarse ahí? ¿cuando es momento de moverse? ¿me quiero mover?

En este camino he aprendido que no soy estática y creo que todo lo que podamos aprender nos ayuda para hacernos unos seres humanos más integros, más cultos, más enteros y completos, creo que no sé muy bien que palabra utilizar aquí… en esto viene un poco la eterna pregunta de ‘¿quien soy? ¿qué cuernos hago aquí?’

Al final creo que no es cuestión de si moverse o no, es cuestión de ¿Qué más puedo agregar a esto? ¿Qué puedo ponerle?

no lo sé de cierto, lo supongo…