Del trabajo creativo y otros demonios

No pasa un día en que no me suba al tren eléctrico de la ciudad donde vivo y vea dovelas terriblemente mal diseñadas, por lo general elijo una y empiezo a criticarla constructivamente, es decir: tales bloques están mal alineados, ese elemento podría ser eliminado, esto sobra, esta parte de acá no tiene unidad con la de allá y cosas así.

¿Por qué lo hago?
Porque me gusta mantenerme alerta y activa en mis fundamentos del diseño, porque me doy cuenta del nivel de cultura que manejamos como sociedad, porque el día que vea una dovela sin errores básicos de diseño* voy a saber que somos una sociedad más culta, con una capacidad de crítica artística desarrollada y eso nos lleva a tener una capacidad crítica y propositiva a la sociedad en la que vivimos.

[box type=”info”] Y es que, como sociedad, no le damos valor al trabajo creativo.[/box]

El otro día ví como le decían a una persona, a la que le quitaron un espacio radiofónico cultural para niños, que si tanto le preocupaban los niños que lo hiciera gratis. No ví que le respondió, pero a mi me sacó una cana.

¿Cómo hacerlo gratis? ¿Tú trabajas gratis? Yo a veces sí, pero tiene que ser una causa a la que ame, tiene que ser por un tiempo limitado porque yo pago cuentas, igual que el médico o el abogado, porque yo tengo que comer, igualito que el ingeniero o el científico. ¿Por qué gratis?

El trabajo creativo si, se hace por gusto, pero también el trabajo legal, el trabajo en las áreas de la salud, etc. Si tú no haces tu trabajo con gusto, no sé que estás haciendo con tu vida; pero no por que conlleve un factor felicidad pierde su valor monetario.

Hace meses se terminó de imprimir mi primer poemario, hace unas semanas una conocida me compró un libro, para mi fue un halago, fue decirme: te reconozco, tu trabajo tiene valor y yo pago por él, el valor intrínseco del billete que me dió, superó por mucho el valor monetario, así es cada trabajo, cada que decides pagarle a un creativo por su trabajo lo estás reconociendo, estás reconociendo el valor de la estética en la vida cotidiana. Cada que pagas por un trabajo creativo dices ‘te veo’.

¿Te gusta tu celular no? Sus formas, su color, su tacto… ¿Te gusta tu coche? ¿Qué tal el fondo de pantalla de tu teléfono o de tu computadora? a eso me refiero con estética (aplica a diseño industrial también eeeh).

¿Por qué esta mujer tendría que hacer gratis su trabajo creativo? Eso significaría dedicarle tiempo a otra actividad que pagara sus cuentas y entonces la calidad del trabajo de investigación de su programa radiofónico se iría al piso, la calidad del trabajo de sus colaboradores sería infima porque ¿cuántos no hemos comenzado proyectos con nuestros amigos y al no haber un pago definido terminan perdiéndose en el aire?

No es que uno sea un maldito cerdo capitalista, es que nuestro trabajo vale, nuestra experiencia vale y es justo que cobremos por lo que sabemos hacer.

Y parece que las dovelas del tren cada vez están peor diseñadas.

*nota: error de diseño no es lo mismo que ‘yo lo hubiera resuelto diferente’, todos tenemos un background distinto y todos los diseñadores del planeta hubieran resuelto lo mismo de diferentes formas. Con errores básicos de diseño me refiero a la forma, no al fondo; pero ese es tema para otro post.

Juicios

Ayer pasó, estuve durante todo el día en la calle, primero con la dentista, luego con una amiga y una hoya (no, no está mal escrito); pero entre una cosa y otra me enteré de que un microgatito se había perdido; después de las recomendaciones típicas de buscarlo entre los rincones de la casa, en los lugares probables e improbables y la confirmación de la humana de este gatito de que definitivamente no estaba en casa, siguieron las recomendaciones de hacer carteles, qué poner, qué no poner, etc. etc.

Todo esto en mi grupo de crazy cat ladies, todas amamos a nuestros gatos y los cuidamos como reyes.

Por la tarde en otro espacio libre reviso que alguien ya estaba difundiendo la foto de este micro gato con las letras en grande y en rojo que decían: ‘perdido’; lo primero que pensé: ‘es que a esa edad corren como ratitas y no los ves’ yo me acuerdo que mi tamal corría como loco y no lo escuchabas, no lo veías.

Después comencé a ver los juicios de los demás: ‘¿Cómo se les pudo haber perdido?’ ‘Ese gatito debió haber estado en una cajita calientito y no rodando por una casa’ ‘Es una irresponsabilidad dejarle un gatito a una persona como esa’ etc. etc. gente levantando juicios, gente que no preguntaba si quiera: ¿puedo ayudar en algo? ¿Cómo pasó?

En ningún momento se pusieron a pensar en el dolor de los humanos, en ningún momento se pusieron a pensar en condiciones especiales de vivienda, en ningún momento se pusieron en el zapato del otro, y no lo digo porque yo me sienta más que ellos, yo también lo he hecho, yo también he tenido el juicio presto para salir a ‘marcar’ a alguien.

El punto es que en las redes sociales esto se exacerba y se hace más fuerte y se hace más incisivo, se arman cacerías de brujas en las que todos atacan desde la seguridad de su escritorio o de su sofá, estamos tan seguros de nuestra opinión y de nosotros mismos que no nos detenemos a pensar en el otro, en sus condiciones particulares de vida, en que los accidentes pasan; formamos juicios rellenando los huecos de información con historias que se cuenta nuestra cabeza, y eso nos ayuda a reafirmarnos aun más… terminamos poniéndonos en un pedestal en el que ya no cabe nadie más que nosotros, porque sólo nosotros somos los más inteligentes, los más educados, los más… etc. etc.

Ayer mismo una amiga me decía: es que cuando cerré mis redes sociales nadie me buscó y viví en paz…

Estoy pensándolo muy seriamente

Diario

Tengo el proyecto de llevar un diario personal, durante muchos años llevé uno y tengo una temporada en la que no había podido seguirlo, porque por un lado están las redes sociales, los blogs y todo internet para decir tonterías y no siempre tenía ganas.

Con el diplomado del año pasado decidí hacerme el hábito de volver a escribir, no es fácil, pero es algo que me gusta hacer, así que este año voy a escribir en una agenda, no me gustan las agendas para eso, pero así me obliga a llevar control de los días que escribo y de los que no… ¿quién quiere ver una agenda limpia a fin de año? creo que nadie.

Así que ahí voy, llevo una semana escribiendo y me está sentando bastante bien. Por un lado las  reflexiones que se quedan plasmadas ahí, sin miedo a los juicios externos, sin pensar en el ‘otro’, siendo yo sin cortapizas, y por otro lado, esa misma reflexión pura sirve para después, para los escritos, para la inspiración, para ver como hemos cambiado.

Lo que me importa hoy, mañana será una tontería, quizás, o tal vez sea el inicio de alguna idea más grande… no lo sé, me gusta llevar diario, y voy de nuevo a él =)

¿Tú llevas diario?

Voces

Parece que hablar, levantar la voz está penado, no queremos escucharnos, no queremos oír más opinión que la nuestra, no queremos ceder ante el otro ni entenderlo. Parece que sólo nosotros queremos existir sobre esta tierra y tratar a los otros como obstaculos o escalones.

Si eres obstáculo te borro, si eres escalón te aplasto.

¿En qué mundo vivimos?

Y es que parece que toda nuestra historia ha sucedido así, cuando llegaron los españoles nos callaron nuestras voces, no quisieron entendernos y borraron nuestras ideas (nos fue mejor que en otros paises conquistados he de decir), cuando eramos niños parece que la palabra que más se escuchaba era ‘callate’ (o alguna variante más o menos educada), en la escuela si preguntas mucho eres el burro y los demás se burlan de tí, después aprendes a callarte, preguntar, hablar, pensar diferente es sólo un paso a hacerte visible para burlas, juicios y demás, es más seguro ir con la corriente.

¿Te has fijado que los blogs latinos casi no tienen comentarios? ¿Nunca te has preguntado por qué?

He llevado una charla con un amigo que piensa diferente, él no está dispuesto a escuchar mi punto de vista, yo lo escucho y espero ser algún día escuchada y aceptada, a mi no me incomoda que piense distinto, me incomoda que quiera que piense exactamente como él.

Y no quiero hablar de la situación que viven los periodistas y los activistas en México, mejor dale una googleada; y lo del asesinato de varios miembros de un semanario francés me ha hecho pensar que es parte del género humano el pensar que sólo mi opinión cuenta, que sólo yo existo… somos tan egocéntricos.

¿Tú piensas? ¿Qué piensas? ¿Dices lo que piensas?

Ser

Esto del ser es complicado, muchas veces dije /soy diseñadora/ pero no es eso lo que soy, ahora he dicho: soy maceto-huertera, soy poeta, soy diseñadora, soy scd’er, soy… soy…

Y en esto de la autodefinición las etiquetas nos ayudan a definirnos, pero no son la totalidad, ¿qué soy? sigo con la misma pregunta que cuándo tenía 12 años…

¿Quién soy?

¿Tú sabes quien eres?

.

¿Cómo se llama?

Pues eso, que le hacen falta palabras a nuestro idioma.

Hoy una amiga muy querida de mi grupo de crazy cat ladies, nos contaba que su mejor amigo gatuno ha partido hacía el arcoiris, sospechamos de envenenamiento por parte de alguno de sus vecinos, mi amiga está inconsolable.

Y entonces me quedé pensando ¿Cómo se le llama a quien ha perdido a un hermano/amigo del alma? existen los huerfanos y los viudos, pero ¿cuándo se pierde a alguien que comparte mucho más allá del lazo consanguíneo, como se llama?

Del instinto

Hace años, algún amigo (de esos inteligentes) me decía: ‘Confía en tu instinto’. A partir de ahí me dio por fijarme en la cantidad de veces que no le hacía caso al instinto y me salía todo al revés, o esas veces que sigues ‘el llamado de la comadreja’ y a pesar de que sabes que estás haciendo algo que va a resultar contraproducente… lo sigues haciendo (si, como esa vez que llené de más la taza de té y pensé: ‘se me va a tirar’ y ¿Qué crees? camino al escritorio derramé una buena parte de la taza).

En el asunto de confiar en el instinto me inventé una teoría que seguramente alguien con estudios académicos en el asunto ya escribió. Resulta que según mis divagaciones, eso del instinto es nada más y nada menos que un ‘destello’ del inconsciente que nos recuerda que o bien, ya estuvimos en una situación parecida, o con una persona con características físicas parecidas o detalles del carácter (ese ‘algo’ que no sabemos definir) y el instinto está gritándo: ¡¡Aguaaaas!! Ya estuviste aquí, ¡Huye! ¡Huye!. Al final uno disfruta del empantanamiento =P

Y luego están las personas que las ves y dices: ‘no me cae bien, no sé por qué, no me cae’. ¿Y qué sería lo óptimo? ¿alejarse? ¿seguir al instinto? ¿perderse de una posible amistad? ¿demostrarle al instinto que estaba equivocado?

 

¡Hola!

Llevo rato dándole vueltas a qué escribir y es que tener un blog limpiecito, recién desempaquetado siempre impone porque hay que decir algo inteligente para que luego el posible lector no huya despavorido. Sin embargo creo que lo que aplica aquí es una explicación de lo que está sucediendo:

Explico entonces, este era un blog dedicado principalmente a aspectos literarios y seguirá siendo así, simplemente que antes era un poco más académico, ahora quiero hacerlo mucho más mio, si, seguir hablando de lo que leo, de lo que escribo y de lo que veo, no sé… este es un cuaderno en blanco y están todos invitados a seguir viniendo a leer.