¡Qué coman pasteles!

Hoy en la mañana me encontré un titular que decía que una persona había muerto de frío anoche aquí en Guadalajara, no leí la nota pero me impactó terriblemente y me hizo sentir agradecida por todo lo que tengo, yo nunca he tenido ese nivel de frío ni de hambre, nunca me he quedado sin un techo sobre mi cabeza y una cobija sobre mi cuerpo, me sentí profundamente agradecida por todos los que han trabajando para que yo sea tan bendecida.

Incluso ahora, si bien no tengo una situación desahogada, tengo todo para no morir de frío en la calle.

Y estaba en esa reflexión cuando me acordé de un tuit que leí ayer de alguien que decía que para qué nos quejábamos del frío, que mejor compráramos suéteres, quiero creer que en el imaginario de esta persona, si estás en twitter quejándote del frío es porque tienes el resto de tus necesidades cubiertas y se refería sólo a los que se quejaban en redes sociales; pero un momento me sonó a un: ‘¿Tienen hambre? ¡Pues que coman pasteles!’.

Y es este pensar que todos viven en las condiciones en las que tu vives, el no ver lo privilegiados que somos, el ser tan ‘YO’ lo que es super peligroso, por eso para algunas culturas todas las mujeres tienen que ir cubiertas, porque ‘me ofende a mi’ soy yo, los demás no importan; ‘me ofende que no te haya gustado Star Wars’, me ofende que tengas hijos y quieras dedicarte a tu casa, me ofende que decidas que es más importante tu desarrollo profesional que una familia, me ofende que te sientas enfermo y no quieras salir conmigo, me ofende… me ofende… yo, yo YO.

Y al final no queremos ver que otros existen en circunstancias distintas, que todos somos diferentes, que tenemos otras historias y que podemos ayudar a los que tienen historias más complejas que las nuestras.

Vecinos

Ayer salí a caminar por aquí por mi casa, un poco para que me diera el sol porque estoy haciendo un experimento personal y otro poco porque se nos ha hecho hábito salir la mañana de año nuevo a caminar y ver las calles solas.

En el camino conocí a dos personas, vecinas mias que viven a unas calles de donde yo vivo.

La primera fue a causa de un gato ¿Qué más podría ser? Había un gatito en un jardín y empecé a hablarle, salió la señora y me dijo que le estaba buscando casa, que ya le habían ido a dejar gatos otras veces y que no entendía como es que la gente pudiera hacer ese tipo de cosas, estuvimos platicando y resulta que es una Crazy Cat Lady en toda regla, por supuesto tuvimos mucho de que platicar, pero entre todo lo que dijimos, esta señora hizo un comentario que hizo eco en mi: ‘Tratamos a los animalitos peor que basura, a la basura la recogemos, a los animalitos los dejamos tirados como si no importaran’ me dió tristeza, aunque por otro lado me dió gusto ver el amor que le tiene a sus gatos a pesar de su corazón agridulce.

La otra señora venía llegando de misa, íbamos pasando frente a su casa y la detuve para preguntarle por un árbol que tiene afuera (¿Qué otra cosa podría haber sido?), nos quedamos platicando, le dije que hiciera negocio con su arbolito, me dijo que no, que dios se lo había dado por algo, que era de la gente y para la gente, incluso, había plantado otro para que hubiera más de donde agarrar, resulta que este árbol tiene algo de antibiótico y medicinal (la hojita sabe a infiernos) y muchos van a cortar de ahí. Le pedí semillitas cuando diera, me dijo que si, que en primavera brotaba… tengo que ir a visitarla seguido ñ_ñ

Vivo rodeada de bendiciones, de gente linda y a veces por costumbre o notoriedad, me fijo sólo en los nefastos… ¿será que la bondad es más silenciosa? ¿menos aparatosa que la violencia o el nihilismo?…