El juego de las asunciones

Hay un juego que detesto con fervor… y es un juego que todos jugamos de alguna u otra forma, es este juego el que nos llevó a la primera guerra mundial.

Es el juego de las asunciones.

Y últimamente me ha pegado mucho, porque resulta que, en el país con más gordos a nivel mundial yo soy delgada y lo peor, ni siquiera estoy tan delgada, no podría ser modelo, ni siquiera de tallas extras; bueno, el asunto es que cuando ando en la calle, recibo continuamente esas miraditas que nos echamos las mujeres, llenas de noseque pero sé que no es bueno.

Y no es que las miradas me afecten o me hagan sentir mal, pero si me dejan pensando en como nos quedamos con la ‘forma’ y en base a eso empezamos a asumir un montón de cosas.

¿A caso saben estas personas por qué soy delgada? ¿Saben de mi montón de intolerancias alimenticias? ¿Saben que no puedo salir a un restaurante a comer sin el terror de enfermarme al día siguiente? De hecho no me he parado a comer en un restaurante en aaaaaaaaños, ¿saben el trabajo que cuesta saber que si te comes una naranja de más (solo puedo comer dos al día) voy a andar con inflamación intestinal? No, y lo peor es que no les importa.

Y no quiero que les importe, pero tampoco me gusta que asuman cosas.

He leído en facebook montón de comentarios de gente desdeñando a otras por ‘flacas’ cuando ni siquiera les importa y ASUMEN que están delgadas por vanidad.

He leído de chicas que son talla triple cero porque no tienen buena absorción intestinal y sus amigos las critican por ‘anoréxicas’ y cuando estas chicas les dicen que no pueden comer tal o cual cosa, las critican más.

He recibido ‘esas’ mismas miradas y comentarios cuando digo que no como pan, casi nunca entro en detalles, porque a nadie le importan, pero… ¿por qué asume la gente que ‘me mantengo delgada por vanidad’?

Sospiro… en fín.